VIAJAR Y LA EXPANSIÓN DE TU PERCEPCIÓN


Hace 6 años empecé a viajar por un impulso más que por una decisión. Había algo de mí que no estaba conforme con lo que ya conocía y necesitaba descubrir lo que había un poco más allá de mi comodidad. Viajar no es simple, te lleva a desarrollar la creatividad de una forma en la que quizás en la comodidad de tu casa y tu círculo la utilizas, pero de otras formas. Si bien es un desafío y siento que puede ser muy abrumador algunas veces, mi vida nómada la elijo todos los días porque no solo me enriquece de miles de perspectivas que no tenía, sino que también me ayudó a tener una perspectiva mucho más amplia y profunda de la vida que repercutió en mi vida privada y en mi vida profesional.


Viajar es descubrir, y descubrir es explorar lugares, personas, culturas y escenarios que son totalmente desconocidos. Viví muchos años en una provincia muy pequeña de Argentina en donde la monotonía se puede apoderar de tu rutina si no eres lo suficientemente original como para cortar esos loops en repetición de tu día a día. Tu mente empieza a activar los mismos caminos neuronales en donde ser espontáneo y salir de eso puede ser todo un desafío porque tu identidad, tu vida y tu perspectiva de la realidad sigue alimentándose de las mismas personas, los mismos lugares, las mismas actividades.  


Viajar me hizo conocer nuevas formas y perspectivas de las cuales me enriquecí muchísimo y, otras veces, preferí no aceptar como mi verdad y descartar. Una mente que cree saber todo es una mente negada a la expansión. Cada persona y cada lugar es un maestro si logras dejar tu ego de lado y te permitís aprender de eso que se te viene a mostrar. Cuando viajas encuentras formas de pensar y de hacer distintas a la tuya, es como si vieras un 6 y de repente el 9 también puede ser posible. 


Viajar es hacerte consciente de que no hay una verdad absoluta, hay muchas verdades válidas y todas son correctas, cada persona ve al mundo con un par de ojos únicos e irrepetible. Esto te lleva a flexibilizarte, a desarrollar mayor empatía, a aprender a escuchar, ya que en el discurso del otro, está la riqueza de lo desconocido. Elegir viajar fue una elección de vida, fue un mensaje hacia mí misma, de que no me conformo con esto, de que quiero ver más, fue alimentar mi mente y mi alma curiosa. Si tuviese que elegir, lo haría otra vez porque toda la riqueza y la expansión que me trajo y que repercutió en todos los aspectos de mi vida no me lo van a dar ni mil estudios.


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